La dependencia emocional se define como una necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra en sus relaciones de pareja. Se trata de un problema cada vez más demandado en nuestras consultas y que es causante de un gran malestar psicológico.
Existen casos de dependencia emocional leves, pero también severos, 8 de cada 100 personas de la población pertenecen a este grupo.
¿Por qué se tiene dependencia emocional?
En general, la gente que padece dependencia emocional tiene miedo a la soledad. Es decir, experimentan sentimientos desagradables ante la ausencia momentánea o definitiva de la pareja. En la mente de estas personas pueden aparecer frases como: “no puedo ser feliz sin mi pareja”, “los solteros son gente miserable” o “la gente siempre me abandona”.
Los pacientes con dependencia emocional también tienen miedo a la ruptura, al abandono o al rechazo. Es decir, se aferran a su pareja por miedo a una ruptura o a que se les abandone y esto lleva a una sumisión y subordinación con tal de que tu pareja no te deje.
Las personas que idealizan a su pareja también pueden tener dependencia emocional, se autolimitan y se comportan de forma pasiva y sumisa ya que no creen que esta persona “tan especial” pueda ser su pareja. ¿Qué puede ocurrir? Ante estos casos las personas se preocupan tanto de agradar a su pareja que su comportamiento solo se enfoca a esto. No solo eso, la pareja se convierte en el centro de la existencia de la otra persona y esto los lleva a dejar sus relaciones familiares, amistades y el espacio personal.
La dependencia emocional está estrechamente ligada con áreas de como la autoestima, la asertividad y habilidades sociales, y problemas emocionales como depresión o ansiedad.
Estas personas tienen un autoconcepto pobre y una baja autoestima, y suelen tener ideas tales como “no valgo nada, soy un/a estúpido/a…”, “Mi pareja es mucho mejor que yo”, “Soy feo/a y tonto/a”, “A las personas no les gusta cómo soy”, o “Todo lo que hago está mal hecho”.