La Navidad transmite una imagen de alegría e ilusión. Y aunque para muchos sí que son días generalmente felices y bonitos, – rodeados de familiares, amigos, ciudades decoradas – para otras personas pueden ser una fuente de conflictos y emociones negativas, como la ansiedad, derivados del estrés. Se saturan por el exceso de trabajo que, en la mayoría de los casos, se ha de compaginar con la vida laboral. Las aglomeraciones, la elaboración de menús navideños, la compra de regalos, los compromisos sociales, los gastos excesivos, las cenas de empresa, la tristeza por la ausencia de seres queridos,… son las razones principales que explican este estrés.
Las razones por las que sentimos ansiedad y estrés en Navidad las podríamos resumir en 4: económicas, las relativas a las relaciones sociales, las físicas y el cambio de rutina.
- Una de las razones principales es el excesivo gasto en estas dos semanas asociados a los compromisos sociales – cenas, comidas, ocio- y a la compra de regalos.
- Los compromisos sociales, con amigos, familia y con los compañeros de empresa, llenan nuestra agenda, y apenas tenemos tiempo para descansar. Nos vemos obligados a asistir a la mayoría de ellos y en algunos somos los responsables de organizarlos. Las reuniones familiares pueden generar estrés si existe cierta incompatibilidad con algunos miembros de la familia, o puede tender a la tristeza por la ausencia de algún ser querido.
- Físicamente podemos sentir cansancio general y estrés derivado de la acumulación de compromisos, los excesos de comida y bebida y a la falta de sueño debido a la saturación en la agenda.
- Los cambios de hábito y rutina son más bruscos en las familias con hijos: las vacaciones de éstos obligan a los padres a organizar sus actividades, mientras ellos trabajan y se encargan de los compromisos sociales, la compra de regalos…
Consejos para evitar ansiedad y estrés en Navidad
Para eliminar, o al menos disminuir, estas sensaciones, hemos recopilado seis consejos para evitar la ansiedad y estrés en Navidad.
- Organízate con antelación. Elabora una lista y adelanta las compras para evitar las aglomeraciones en los centros comerciales. Incluso puedes comprar por Internet y ahorrarte tiempo y las colas. Organiza también los menús navideños, escoge aquellos platos que sepas hacer y compra todos los alimentos con tiempo. Por supuesto, no tomes tú toda la responsabilidad y delega funciones en otros familiares.
- Controla la economía y optimiza tus compras. Además de la organización de la agenda, es fundamental hacer un presupuesto previo de los regalos, el menú, y ajustarte a él. Para disminuir los gastos de los regalos, se puede recurrir al “amigo invisible”.
- Delega y no busques complacer a todo el mundo. Asume aquellos compromisos que te apetezcan y que tengas tiempo para organizar. Aquellos que no puedas evitar, organízalos con tiempo y afróntalos de manera positiva.
- Intenta adoptar una actitud conciliadora, sobre todo en los compromisos familiares y ante el malestar que puede producir la presencia de algunos de ellos. Evita temas comprometidos o que generen disputas en las reuniones familiares y déjalos para otros momentos. Centra tu atención en otros aspectos que disfrutes, como en algún familiar con el que tengas buena relación.
- Dedica tiempo al descanso y a tu tiempo libre. La agenda navideña es agotadora – regalos, compromisos, salidas- por lo que es imprescindible que encuentres tiempo para ti: leer, practicar deporte, tiempo de relajación, quedar con tus amigos, salir con tu pareja, ir al cine. De lo contrario, al terminar las Navidades te sentirás agobiado, estresado y cansado.