¿Mal humor? ¿Cansado? ¿Con pocas ganas de comenzar la próxima etapa? Si has sentido (o llegado a realizar) una afirmación con la cabeza contestando a estas preguntas y estás metido de lleno en la incorporación a tu jornada laboral después de un período de vacaciones, puedes estar pasando por lo que coloquialmente se conoce «depresión» post vacacional.
Las claves para entender que no eres un bicho raro, que es «normal» pasar por esta etapa y cómo poder prevenirla o salir de ella de manera victoriosa y positiva, te las contamos aquí.
¿Qué es la depresión post vacacional?
La «depresión» post vacacional se conoce a un conjunto de síntomas que tienen en común el sentirse como desagradables y negativos. Ocurren tras un proceso de vacaciones que «debería» haber sido de descanso y desconexión y que todo el mundo considera que deben haber sido: fabulosas.
El quid de la cuestión está en: todo es variable, dinámico y cambiante; todo cambia. Ser capaz de adaptarte de la manera más positiva a esos cambios es lo que determinará que experimentes en mayor o menor medida estos síntomas negativos.
Los síntomas de la «depresión» post vacacional aparecen precisamente por esos cambios que tu cerebro y cuerpo anticipan que tendrá que hacer para dejar atrás los días en los que el horario no los marcaba el reloj ni las alarmas (reales y mentales) y toca volver a ser productivos: levantarte a una hora determinada, cumplir con ciertas tareas, enfrentarte a los imprevistos diarios… Puedes enfrentarte a esta realidad viviéndola como un «drama» o como un reto.
Síntomas de la depresión post vacacional
Estos son parte de los síntomas más comunes que puedes experimentar:
- Cansancio generalizado o falta de motivación: sensación de debilidad, falta de fuerza. Cuando sientes que cada cosa que te propones te costará un mundo de hacer.
- Tristeza o irritabilidad: tendencia a tener pensamientos pesimistas, valorar tu realidad como desagradable y focalizarte en todos los aspectos negativos que hay en ella sin valorar apenas los positivos. Puede que llegues a manifestar esta tristeza en forma de reproches ante situaciones involucradas con personas externas.
- Alteración del sueño: bien por sentir que necesitas dormir demasiadas horas o por ser incapaz de conciliar el sueño a aquellas horas que sabes que «deberías estar durmiendo».
- Alteración en la alimentación: descontrol de tu apetito y la proporción de alimentos para tu organismo.
¿Cómo evitar la depresión post vacacional?
La primera señal de alarma a la que debes prestar atención es cuando ves que los días de tu calendario rodeados de colorines, señalados como «vacaciones» se van agotando sientes que en realidad no has sabido desconectar. Para eso te recomendamos apuntarlo en tu lista de tareas pendientes para la próxima y utilizar herramientas para desconectar. ¡Nunca es tarde! Hay y «debe haber» tiempo para todo, el tiempo de descanso también es importante y dentro de él saber desconectar.
¡Organización! Tener unos días «en casa» para prepararlo todo y prepararte mentalmente y sobretodo «descansar» alimentarte bien y volver (o comenzar) una pequeña rutina de ejercicio que aunque sea de poco tiempo, sea constante. Todos estos serán tus «pilares» que provocarán que tengas la energía suficiente para sentir que puedes abordarlo todo.
Además, te resulta útil no caer en el pensamiento dicotómico (pensar que todo es blanco o negro). No todo lo que brilla es oro y, dentro de tus vacaciones (esperamos y estamos seguros) de que habrás vivido cosas maravillosas y otras no tanto. Esto pasa con todo, al igual que con tu trabajo. Dejarte expresar esta realidad de manera natural cuando te pregunten sobre ¿Cómo han ido tus vacaciones? y, saber que tienes el poder de condicionar tu valoración de ellas al igual que sobre tu trabajo enfocándote sobre los aspectos positivos te traerá grandes beneficios en forma de satisfacción y bienestar.