Muchos niños se alegran con la llegada de septiembre, deseando reencontrarse con sus amigos en el colegio y poder verse de nuevo en el día a día. Pero, no todos los niños sienten esta misma emoción, pues, otros muchos tienen miedo a ir al colegio y no quieren separarse de sus padres tras unos meses habiendo disfrutado del verano en familia. Este cambio tan radical puede afectar mucho a los niños, y más si son pequeños.
¿Qué significa tener miedo al colegio?
Es mucha la cantidad de niños que experimentan este tipo de miedo a la vuelta al cole, ya que tras unos meses de descanso, no a todos les alegra volver a la rutina y abandonar la seguridad del hogar y la familia. A veces, estos miedos pueden llegar a ser el inicio de problemas que generan malestar, además de desarrollar conductas disfuncionales como la pasividad y negatividad ante la situación. En algunos casos, incluso pueden llegar a inventarse excusas con tal de evitarlo.
Aún así, los miedos a ir al colegio forman parte del desarrollo normal del niño, y la mayoría son transitorios, ya que con el tiempo se va acostumbrando a la situación. Empezará a conocer nuevas experiencias y emociones que le permitirán adaptarse al nuevo entorno.
¿Por qué nuestros hijos pueden tener miedo a ir al colegio?
La mayor causa de que no quieran e intenten evitar ir al colegio, es el no querer separarse de tu familia y salir de su zona de confort. No se trata de que no le guste la escuela o que se aburra, sino que es un problema que hace que el niño sienta una intensa sensación de angustia. Además, también puede surgir por fobias sociales, miedo al fracaso escolar o a hacer el ridículo o incluso por problemas en el ámbito familiar.
Esta fobia puede presentarse de dos maneras:
- Gradual. El pequeño protesta ante tener que ir a la escuela y los padres le permiten quedarse en casa, de forma ocasional. Con el tiempo, el niño cada vez se niega más rotundamente en asistir al colegio.
- Brusca. Tras no haberse quejado nunca por ir a la escuela, de repente se niega a asistir. Esto suele ser la consecuencia de épocas en casa, como por ejemplo por enfermedad o por vacaciones, causando una negación que se mantiene en el tiempo.
Síntomas de padecer una fobia escolar
Si dudas de si tu pequeño padece este tipo de fobia, te presentamos los síntomas más comunes que presentan los que la sufren:
- Alto grado de ansiedad. La idea de ir al colegio desemboca en crisis de agobio que hacen que no esté bien. Este síntoma se suele incrementar a la hora de dormir. Además, también se puede identificar este síntoma porque en ocasiones va acompañado de síntomas vegetativos, como náuseas, vómitos o diarrea.
- Quejas somáticas. Dolores de cabeza o estómago, que pueden ser reales o inventadas, como excusa para no ir al colegio.
- Mal humor. Siente un temor excesivo cuando se siente obligado a acudir a la escuela, lo que desemboca en explosiones de mal humor.
- Tristeza. A veces se dan síntomas depresivos, con sentimientos de tristeza, inseguridad e impotencia.
¿Es necesario acudir a un psicólogo infantil?
El miedo a ir al colegio en la adolescencia suele ser el caso más común, y una vez detectada esta fobia, se debe trabajar tanto con el niño como con los padres, y así aportarles recursos de cara a manejar su ansiedad. Esto es mucho más efectivo cuando se trabaja con una orientación psicológica, ya que ayudará mucho en la desaparición de este miedo.
Además, si la causa de este miedo son problemas externos a la escuela como los mencionados anteriormente (problemas familiares, de acoso o por miedo al fracaso), la ayuda de un psicólogo hará que los supere poco a poco y de esta manera, la fobia desaparezca. Además, para tu comodidad, podrás realizar la terapia de forma online.
Terapia familiar para abordar estas emociones negativas
Otro de nuestros consejos es acudir a terapia familiar, ya que de esta manera se ayudará tanto al niño para que supere sus miedos como a los padres para que sepan gestionar bien la situación que está ocurriendo.
En Clínicas origen, tanto las terapias de escuela de padres en la infancia como en la escuela de padres en la adolescencia, las realizamos basadas en un método de orientación cognitivo-conductual, de manera que contempla tres áreas: los pensamientos, las emociones y el comportamiento. A través de este procedimiento, aprenderéis herramientas para evitar estas conductas y ayudaréis a vuestro hijo no sólo en su desarrollo personal sino también en su progreso educativo.