Los pensamientos que tienes, tienen la capacidad de generar una ola expansiva de ese pensamiento en forma de emoción y, esta información se comunicará al resto de las células de tu cuerpo. Tu mente y tu cuerpo, no son dos entes desconectados: se interrelacionan.
Y, la cantidad y calidad de tus pensamientos, modulan tanto la estructura de tu cerebro, la salud de tu cuerpo y las acciones que realizas en tu día a día.
¡Hola, pensamiento negativo!
El primer paso para dejar de relacionarte con tus pensamientos negativos y tomar distancia de ellos es darte cuenta de que estás generando pensamientos negativos. Dedicar un momento de tu día en el cuál deliberadamente lleves tu atención a la pantalla de televisión que tienes por mente y te enfoques en observar los pensamientos que van apareciendo en ella te ayudará a tomar consciencia de ellos.
¿Quieres algo, pensamiento negativo?
En el momento que ya tengas a un pensamiento «cazado» háblale y pregúntale ¿por qué apareces?, ¿qué quieres?, ¿de dónde vienes y a dónde quieres ir?. Es importante aprender a identificar aquellos pensamientos que son útiles y aquellos que no.
Ejemplo: «¡Madre mía! Como no me ponga a mandar los emails del trabajo, ¡no terminaré nunca!». |
Gracias a este pensamiento tu mente te está recordando algo que tienes que hacer: «mandar emails del trabajo». Además, se ha encargado de incorporar una matización bastante catastrófica, eso de que si no te pones a ello ahora, no terminarás nunca, cuanto menos parece un poco exagerado.
Pero, quédate con lo importante: hay una tarea pendiente, que en algún momento tendrás que sentarte y hacerla. ¿Es ahora, el momento adecuado para ello?
Si es ahora el momento adecuado para ello (aunque haya ciertas barreras que haya que vencer, como por ejemplo: la pereza). Entonces para poder despedirte de él, habrá que entrar en acción: sentarte y ponerte a contestar esos emails. Y, una vez que hayas superado la montaña de la pereza y te sientes a hacerlos, no olvides de sonreírte por haberte llevado hasta ahí y ser partícipe de la desintegración de tu anterior pensamiento negativo que ¡fíjate, al final ha resultado ser útil!
¿Qué pasa si ahora, no es el momento adecuado para sentarte a escribir esos emails? Entonces, es el momento de dejarlo ir. Y, ¿cómo lo dejas ir? Normalmente, una de las principales «estrategias» que intentamos llevar a cabo para cumplir este propósito es: intentar no pensar en él. Pero, ¿en qué piensas si te digo: no pienses en un elefante rosa? Lo más seguro es que haya invadido tu mente la imagen de un adorable elefante rosa (o quizá no tan adorable). Por lo que, pensar en ese mismo pensamiento en lugar de en su polo positivo ( «Tengo que mandar esos emails»), en su polo negativo («Quiero dejar de pensar en que tengo que mandar esos emails»). No funciona como estrategia de evasión, porque a tu mente aún le está llegando el mensaje de que tiene que mandar los mails.
¡Adiós! a tu pensamiento negativo
¿Entonces? Entonces es el momento primero, de hacer las paces con ese pensamiento y explicarle que como no es útil ahora mismo, te vas a tener que deshacer de él. Y, para deshacerte de él tendrás que llevar tu atención hacia otra parte, ¿a dónde?
Te proponemos llevarla a algo que siempre está ahí, dentro de ti. A algo a lo que tienes acceso y solo por fijarte en ello puedes contribuir a tu calma: la respiración. Puedes poner la cuenta atrás en tu teléfono móvil y durante un tiempo bastante prudencial, como pueden ser 3 minutos, focalizarte únicamente en ella.
El ejercicio consiste básicamente, en atenderla. Poco a poco, seguramente comiences a respirar de manera más profunda. Este ejercicio, es la base de muchos ejercicios de yoga o mindfulness. ¿Tan sencillo? Sí, es simple. Lo «complicado» es parar a hacerlo y mantenerlo como rutina ¿El objetivo? Resetear tu mente. Vaciarla del pensamiento y, que así cuando se vuelva a llenar parta de un estado de calma, por lo que será más fácil que los pensamientos que aparezcan estén en congruencia con ese estado. Y, sino: puedes volver a probar a hacer el ejercicio.
Pruébalo y dile ¡Adiós! a tus pensamientos negativos.