Cómo superar una ruptura de pareja

Personas viviendo una Ruptura de pareja

 

Ninguna ruptura es fácil, todas de una u otra manera duelen. ¿Por qué? Porque se trata de un momento de cambio, incertidumbre, donde no nos sentimos en nuestra «zona conocida» o de confort. Nos adentramos en un momento en el que sabemos que vamos a vivir cierta inestabilidad y la inestabilidad,  nos genera tensión. 

Se trata de una tensión adaptativa, puesto que tu cerebro no sabe a qué se tiene que enfrentar, se «prepara», quiere estar atento para poder ser útil ante los cambios. 

Fases de la ruptura de una relación

Las situaciones que nos llevan a decidir separarnos de una persona, en el plano afectivo e íntimo que durante un tiempo decidimos compartir con el otro pueden ser muchas y diferentes. 

Pero al final, el motivo último es que por circunstancias internas o externas es mejor para ambos continuar el viaje de la vida separados para poder seguir creciendo y viviendo experiencias. 

La situación idílica es llegar al punto en que las dos personas que forman la relación se hayan dado cuenta y tengan interiorizado que esa es la mejor situación para ambos. Siempre es más difícil y supone un trabajo «extra» para aquella persona que querría mantener esa situación y siente que tiene que «aceptar» la decisión del otro, porque los sentimientos del otro han cambiado pero los del primero se mantienen. 

En este caso, nos gusta la creencia de «si yo no soy un 100% para la otra persona en este momento, la otra persona tampoco lo es para mi». Cada uno de nosotros somos personas completas, que necesitan y merecen sacar lo mejor de nosotros mismos y rodearse de aquellas personas que le pueden dar lo mejor a ellas. Si las cosas entre los dos para uno no funcionan y decide que lo mejor es alejarse, es una buena idea pensar que a la larga ha hecho lo mejor para los dos y esto dará espacio a la otra persona para recolocarse y, ser capaz de volver a abrirse al amor. Y esta vez, que sea con una persona que sí pueda o esté dispuesta a dar su 100%.

Cómo superar una ruptura de pareja

Nuestras creencias o pensamientos suscitan emociones dentro de nosotros que pueden ser agradables o desagradables. Las rupturas de pareja, como cambios que son, no son momentos fáciles pero, son un magnífico momento de movimiento para sacar lo mejor de nosotros mismos, aprender y avanzar. 

  • El primer paso está en aceptar lo que ha ocurrido. 
  • El segundo en concederte el espacio y tiempo que necesites para recolocarte e interiorizar todo lo bueno que has vivido -guardarlo en tu cajón de recuerdos- y, aquellas cosas que consideras que para la próxima vez que se presente el amor en tu vida te gustaría mejorar e incluso si has tolerado pasar por encima de alguna línea roja a la otra persona que ahora en frío piensas que no deberías. 
  • Por último, una vez integrada esta vivencia. Sentir que te abres nuevamente al amor, como estado de vida. Que has logrado superar tus miedos, aprendido y que entiendes que en realidad nadie puede «dejarte», porque tú eres tu propio compañero de vida y, en momentos puedes tener otro acompañante en tu cabina, pero nunca es indispensable para viajar. Tú ya vuelas sol@. 

Ruptura tras muchos años

-¿En la ruptura ha habido corazones rotos? 

– Sí

– Entonces da igual el tiempo que había durado la relación. 

Este «diálogo» nos viene a decir que para el cerebro muchas veces el plano temporal o espacial «no existe». Recuerda en forma de momentos, memorias, emociones y expectativas. Por supuesto que muchas veces cuantos más años, más momentos, más planes de futuro y sobre todo más asentada estaba la idea en tu cerebro de que esa relación era lo «normal» para ti, más acostumbrado estás. 

Pero al final, en todas las situaciones de ruptura de pareja es válida la misma premisa. En el momento que entre vosotros o por las circunstancias ya no os hacéis bien o todo lo bien que puede hacer un compañero de viaje, es mejor soltar, liberar y abrir el espacio para que otras mejores opciones puedan surgir. 

Romper tu relación con hijos de por medio

En el momento que además a la ecuación de dos personas se añaden algunas otras, o incluso pertenencias juntos o mascotas; la situación se vuelve aún más complicada. Sentimos que ya no solo tenemos que pensar en nuestras propias emociones, necesidades o expectativas. 

En esta ocasión también se añaden las emociones, creencias, miedos y realidad de otros. Aunque cada situación es un mundo, en realidad creemos que mientras las cosas se hagan desde el amor y con amor, con sinceridad y comunicación el resultado a la larga siempre será positivo. 

Personas viviendo una Ruptura de pareja

Es difícil salirse de la norma y cambiar las cosas, implica ser valientes. Y si la situación que se vive no es la mejor y se toma la decisión desde un punto saludable de separar los caminos, en realidad podemos estar dando una valiosa lección también a nuestros hijos donde nos atrevemos a buscar nuestra felicidad y quizá eso les ayude a ser ellos valientes y mirar por sí mismos el día de mañana. Y, por supuesto, separarnos de una pareja no quiere y no debe significar que el amor de cada uno de los padres hacia sus hijos cambie. 

Un paso más: Comenzar terapia para sentirte mejor

Para todos aquellos casos en los que sentimos que nos está siendo complicado gestionarlo -que siempre lo será-, siempre será una muy buena idea comenzar a realizar un acompañamiento psicológico. 

Sentirse acompañado por un profesional durante un período de tiempo breve en el cuál estamos pasando por una situación donde nuestras emociones están a flor de piel, siempre será una buena idea y una manera de agilizar nuestro propio proceso y ser capaces de sacar más lecciones positivas y comenzar a asentar y disfrutar de la vida sin este «problema» sobre los hombros antes. 

Igual que en aquellos casos que hay hijos o se trata de un matrimonio que se ha roto, el acompañamiento psicológico para los integrantes de la pareja o para los propios hijos será un halo de luz que ayude a aportar paz, siempre.

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