Falta de comunicación en la pareja: cómo superarla y fortalecer tu relación.

Ilustración de un hombre y una mujer jóvenes abrazados rodeados de corazones para contar cómo mejorar la falta de comunicación en la pareja.

Porque nadie nació siendo experto en telepatía. La falta de comunicación en pareja es como intentar armar un mueble de IKEA sin las instrucciones: confusión, frustración y un «¿pero por qué no encajas?» constante.

Tranquilx, no estás solx en este caos emocional. Este problema es tan común que podríamos formar un club (con reuniones silenciosas, claro). 

Pero aquí va la buena noticia: hay solución. 

Y no, no implica aprender a leer la mente ni convertirse en un poeta romántico. Con un poco de humor, unas cuantas técnicas efectivas y una dosis de ganas, puedes dejar atrás las discusiones repetitivas y los malentendidos dignos de telenovela. 

En este artículo aprenderás entre otras cuestiones: 

  • Cómo identificar los momentos de señal perdida en tus conversaciones.
  • Técnicas prácticas para comunicarte mejor (sin gritarle a tu almohada después).
  • Cuándo es hora de llamar a un experto para arreglar el “Wi-Fi” de tu relación.

La comunicación no tiene por qué ser un drama de Hollywood. Dale una oportunidad a estas herramientas y verás cómo tu relación te lo agradecerá. 

Qué es la falta de comunicación en pareja y por qué ocurre.

Hablar con tu pareja y no entenderse es como intentar que tu gato siga instrucciones: frustrante y confuso. Pero calma, no eres un caso perdido. La falta de comunicación ocurre cuando lo que sientes se queda atrapado entre lo que piensas y lo que dices. A veces es por miedo a discutir, otras por las prisas del día a día. 

¿La causa principal? 

Somos humanos, no robots y no siempre tenemos el «software» actualizado para entendernos. Pero esto tiene arreglo y no vas a necesitar leerte un manual de instrucciones de 300 páginas.

 7 señales de falta de comunicación en tu pareja que debes identificar.

¿Sientes que cada conversación con tu pareja es un campo minado o, peor aún, un silencio incómodo? La comunicación en pareja puede ser un arte… o un desastre. Si evitas hablar de lo que realmente importa podrías estar cayendo en patrones que, sin darte cuenta, están saboteando tu relación. 

Descubre estas 7 señales de mala comunicación y empieza a cambiar la dinámica antes de que sea demasiado tarde.

  1. Actitud pasivo-agresiva: es como decir “todo bien” con una sonrisa mientras tu energía grita “nada está bien”. Pasas de la calma a las indirectas en un abrir y cerrar de ojos (1) (2). 
  2. No saber escuchar: interrumpes como si estuvieras en un concurso de “quién tiene la última palabra”. Escuchas, sí… pero solo para responder, no para entender (1) (2) (3). 
  3. Perder el temperamento: cuando los conflictos se convierten en una explosión de ira lo único que queda es el eco de gritos. La calma y la lógica, en ese momento, parecen haberse ido de vacaciones (1) (2). 
  4. Críticas constantes: “Otra vez lo mismo” y “nunca haces nada bien” son el estribillo de esta canción. Quejarse se convierte en deporte olímpico, pero ¿y buscar soluciones? Bien, gracias (1) (2). 
  5. Ignorar al otro: callar cuando algo te molesta es como meter los problemas bajo la alfombra. Spoiler: el resentimiento no desaparece, solo se acumula hasta que explota (4). 
  6. Faltas de respeto: emplear palabras afiladas como cuchillos o etiquetas que no te sientan bien en la piel durante esos momentos tensos. ¡Baja las revoluciones! (1) (3) 
  7. Comunicación no verbal negativa: hablar sin hablar… Gestos que gritan desinterés, ojos que miran a cualquier lado menos al frente y abrazos que nunca llegan. ¿Dónde está el feeling? (4)

¿Cómo se hablan las parejas? Estilos de comunicación que marcan la diferencia.

La comunicación es el corazón de cualquier relación de pareja saludable. ¿Sabías que cómo nos expresamos puede fortalecer el vínculo o, por el contrario, generar grietas profundas? Exploramos 4 estilos de comunicación frecuentes, con ejemplos claros y sus efectos. Identificarlos es el primer paso para estar en disposición de que los puedas transformar.

1. Comunicación pasiva: el silencio que duele.

Qué la define: evitar conflictos a toda costa. Quien usa este estilo suele callar sus necesidades, ceder constantemente y reprimir emociones por «no molestar» o «no discutir».
Ejemplo cotidiano: asentir cuando tu pareja elige un plan que te desagrada profundamente, solo por evitar tensión.
Consecuencias: resentimiento acumulado, desequilibrio de poder y frustración personal que erosiona la relación con el tiempo.

2. Comunicación agresiva: la artillería pesada.

Qué la define: atacar, culpar o descalificar al otro. Usa frases absolutas («Siempre haces esto», «Nunca me escuchas»), sarcasmo o reproches hirientes.
Ejemplo cotidiano: «Es tu culpa que todo salga mal» o «¿En serio? ¡Eres incapaz de hacerlo bien!».
Consecuencias: daña la autoestima, genera miedo o sumisión, y puede normalizar dinámicas tóxicas.

3. Comunicación evitativa: huir del elefante en la habitación.

Qué la define: escapar de conversaciones importantes. Quien evade cambia de tema, se retira físicamente o pospone «para otro momento» los conflictos.
Ejemplo cotidiano: «Ahora no es buen momento para hablar de esto» (y el tema nunca se retoma).
Consecuencias: conflictos enquistados, distancia emocional creciente y frustración por problemas no resueltos.

4. Comunicación superficial: navegar en la orilla.

Qué la define: imitarse a lo práctico o trivial (tareas, logística, rutinas), evitando temas personales, emociones o proyectos profundos.
Ejemplo cotidiano: hablar solo de quién compra el pan o qué ver en la tele, sin compartir miedos, sueños o inquietudes.
Consecuencias: relación sin intimidad real, sensación de vacío y monotonía que puede llevar al distanciamiento.

Reconocer estos patrones es el primer paso. En terapia de pareja trabajamos justamente esto: transformar la comunicación para construir conexiones auténticas y resilientes. ¿Te identificas con alguno?

Comunicación entre hombres y mujeres en pareja: ¿habláis el mismo idioma?

Las diferencias en cómo nos comunicamos suelen ser fuente de malentendidos en la pareja. Aunque cada persona es única, reconocer ciertos patrones frecuentes (muchos aprendidos culturalmente) ayuda a construir puentes. No se trata de «cambiar al otro», sino de entenderse mejor.

Comunicación verbal: dos estilos, un mismo objetivo.

Las mujeres suelen: usar la palabra para conectar emocionalmente. Prefieren un estilo narrativo, con detalles y matices («¿Y sabes cómo me sentí después?«). Valoran el diálogo en sí mismo como muestra de intimidad.

Los hombres suelen: priorizar la información práctica. Buscan soluciones concretas y son más concisos («El problema es X, hagamos Y«).

Clave para entenderse:

  • Cuando la mujer comparte emociones, no siempre busca una solución inmediata, sino ser escuchada.
  • Cuando el hombre es directo, no es frialdad, sino eficiencia.

Comunicación no verbal: todo lo que callas, habla.

Las mujeres suelen: reflejar más en su rostro y gestos lo que sienten (asentir, mantener contacto visual). Esto transmite: «Estoy contigo«.

Los hombres suelen: tener una expresión más contenida (menos gestos, postura relajada). No significa desinterés, sino otra forma de estar presente.

Malentendido frecuentе:

La mujer: «Parece que no le importa«.

El hombre: «Solo estoy escuchando tranquilo«.

Estilos conversacionales: ¿conflicto u oportunidad?

En el día a día:

  • La mujer puede iniciar más conversaciones para «sentir cerca» a su pareja.
  • El hombre puede percibirlo como exigencia si está en modo de descanso.

En conflictos:

  • La mujer suele querer hablarlo en el momento para reconectar.
  • El hombre suele pedir tiempo para procesar en soledad («Ahora no puedo hablar de esto«).

¿Qué hacer? Pactar: «¿Necesitas hablar ya o podemos dejarlo para mañana?» respeta ambos ritmos.

Consecuencias: cuando la diferencia genera dolor.

Estos estilos distintos pueden crear:

  • En la mujer: frustración si siente que él «no se abre» o minimiza sus emociones.
  • En el hombre: agobio si siente presión para hablar «como ella espera».
  • En ambos: ciclos de «Tú nunca me escuchas» vs «Nada te parece suficiente«.

La solución: «traducirse» a través de la empatía.

En la terapia de pareja de Clínicas Origen trabajamos para:

  1. Validar ambos estilos: ni el hombre es «frío», ni la mujer es «intensa». Son formas distintas de expresar.
  2. Negociar rituales: ej: el hombre practica escuchar 10 minutos sin dar soluciones; ella acepta que él necesita espacio a veces.
  3. Crear un lenguaje común: frases como: «Cuando callas, siento que… ¿Puedes confirmarme que me escuchas? o «Necesito tiempo para pensar, pero hablamos a las 8 pm, ¿vale?«

Las diferencias no son el problema, sino cómo las gestionamos. En lugar de juzgar al otro, preguntémonos: «¿Qué necesita mi pareja realmente detrás de sus palabras (o silencios)?«. La respuesta suele ser: sentirse amado y respetado en su forma de ser.

Consecuencias de la falta de comunicación en la pareja.

Cuando la comunicación en pareja falla no solo se queda en silencios incómodos y discusiones en bucle. Es como un efecto dominó emocional: cae la confianza, tropieza la intimidad y, antes de darte cuenta, todo parece en pausa. Pero tranqui, aquí no venimos a dramatizar, sino a ponerle nombre a esas grietas que pueden aparecer en tu relación. 

¿Listx para descubrir cómo el “no hablar” puede transformar tu historia en un guion que ni tú reconoces?

  • Aislamiento y soledad. ¿Te suena eso de estar juntxs, pero sentirte más solx que en un lunes por la mañana? La falta de diálogo es como poner el “modo avión” en la relación: no hay conexión, y el resultado es una mezcla de incomprensión, nulo apoyo emocional y un distanciamiento que da miedo. (4) 
  • Erosión de la confianza. Cuando no hablas, dejas huecos. Y esos huecos, tu cabeza los llena con dudas y desconfianza. ¿El resultado? Te preguntas si el “todo bien” realmente significa “todo mal”, y cada silencio empieza a sonar como una alarma. Sin comunicación honesta, compartir pensamientos o emociones se convierte en un deporte extremo. (5) 
  • Resentimiento y frustración. Guardar lo que sientes es como sacudir una botella de refresco cerrada: eventualmente, explota. Y cuando lo hace, se convierte en un tsunami emocional que arrasa con la calma. Las peleas son más frecuentes, los nervios están a flor de piel y las discusiones se convierten en un bucle sin fin. (5) 
  • Deterioro de la salud mental. La falta de comunicación no solo afecta tu relación; también puede pasarle factura a tu cabeza. Estrés, ansiedad, esa sensación constante de incomodidad… todo va sumando. Es como vivir con una nube gris sobre ti, pero sin el arcoíris al final. (4) (6) 
  • Disminución de la autoestima. No sentirte escuchadx es como gritar en un vacío. Poco a poco, tu autoestima se va haciendo más pequeña y empiezas a cuestionar hasta tus propias ideas. Tus opiniones pierden volumen, y el “yo puedo” se transforma en un “¿para qué?”. (4) (6) 
  • Problemas de intimidad. Sin conexión emocional, la chispa en la cama puede apagarse. El interés disminuye, los momentos de cercanía se sienten como tareas pendientes, y la relación empieza a parecerse más a una sociedad de roomies (personas que comparten una vivienda con uno o más compañeros de habitación) que a un equipo de cómplices. (4) (5) 
  • Aumento de conflictos. Sin una buena comunicación, cada pequeña diferencia se convierte en un gran problema. Es como intentar bailar un tango con dos pies izquierdos: puro choque. Los malentendidos son el pan de cada día, y discutir por cosas insignificantes ya casi se siente como un hobby. (5) (6) 
  • Distanciamiento progresivo. Las risas compartidas se vuelven menos frecuentes, y los silencios incómodos toman el protagonismo. Sin comunicación efectiva, la relación comienza a desvanecerse poco a poco, y lo que antes unía ahora parece empujar hacia caminos distintos. (4) 
  • Riesgo de infidelidad. Cuando falta la conexión emocional, a veces se busca fuera lo que no se encuentra dentro. Es como intentar llenar un vacío, pero con piezas que no encajan. (4)

Spoiler: esto no tiene por qué ser el fin de la historia. Con un poco de trabajo, compromiso y, si hace falta, ayuda profesional, puedes darle un giro de guion a tu relación.

Falta de diálogo según tu etapa de pareja.

La comunicación no es estática: evoluciona con los años, y sus «grietas» también. Identificar cómo aparece el silencio en cada fase ayuda a abordarlo con herramientas concretas. Te explicamos los desafíos clave en cuatro etapas vitales:

Parejas nuevas (0-2 años): los fantasmas de «quedar bien».

Lo que ocurre.

  • Hay miedo a mostrarse vulnerable («¿Y si piensa que soy complicado/a?«).
  • Se evitan conflictos para no romper la magia inicial.
  • Muchas suposiciones: «Si me ama, debería saber lo que necesito«.
  • La idealización tapa temas incómodos.

Las consecuencias.

  • Pequeños resentimientos que crecen en silencio.
  • Una conexión superficial, sin bases sólidas de confianza.

¿Qué hacer?
Lo que trabajamos en terapia: romper la idealización. Animar a expresar necesidades temprano («Me gustaría…«, «Me inquieta…«) construye autenticidad desde el inicio.

Parejas establecidas (2-10 años): cuando la rutina ahoga la conversación.

Lo que ocurre.

  • El estrés (trabajo, hijos) roba tiempo y energía para hablar.
  • Se asume que el otro «ya sabe» todo de ti (¡error común!).
  • El diálogo se reduce a logística: «¿Compraste leche?«, «Lleva al niño al médico«.

Las consecuencias.

  • Conflictos recurrentes por malentendidos.
  • Sensación de ser compañeros de piso, no amantes.
  • Resentimiento por necesidades no expresadas.

¿Qué hacer?
En terapia trabajamos: recuperar espacios sin agenda. Preguntas simples como «¿Cómo te sientes con esto?» o «¿Qué necesitas hoy de mí?» rompen la rutina.

Matrimonios o relaciones largas (10+ años): el peligro del «Modo Automático».

Lo que ocurre.

  • La comunicación se vuelve funcional o inexistente («Hacemos todo juntos, pero no hablamos«).

  • Emociones negativas acumuladas por décadas (¡una olla a presión!).

  • Nuevas etapas (jubilación, nido vacío) exigen diálogo… que no llega.

Las consecuencias.

  • Desconexión profunda y soledad dentro de la relación.
  • Crisis graves si estalla lo no hablado.

¿Qué hacer?
En terapia trabajamos: «Reiniciar» la escucha. Aprender a hablar de cambios vitales («Ahora que los hijos se fueron, ¿cómo soñamos esta etapa?») sin miedo al conflicto.

La falta de comunicación no es un fracaso, sino una señal de que la relación necesita ajustes. En cada etapa, la terapia ofrece herramientas para transformar el silencio en diálogo renovado. ¿Reconoces en qué fase estás actualmente?

Ilustración de un hombre y una mujer joven abrazándose amorosamente, para contar cómo mejorar la falta de comunicación en la pareja.

¿Falláis al hablaros? Los 4 errores más comunes en la comunicación en pareja.

Una comunicación sana es el oxígeno de cualquier relación, pero a veces cometemos equivocaciones sin darnos cuenta que van minando el vínculo. Estos 4 errores frecuentes generan distancias, malentendidos y conflictos evitables. Te los explicamos con claridad, sus efectos y -lo mejor- cómo transformarlos.

1. La trampa del «Tú deberías saberlo».

Lo que sucede: creer que tu pareja adivina tus pensamientos o necesidades sin expresarlas. Esperas que «le llegue por ósmosis» lo que sientes o quieres.  

Consecuencias: frustración acumulada («Si me quisiera, lo sabría»), expectativas rotas y discusiones cíclicas por malinterpretaciones.  

La solución terapéutica: di lo que necesitas, con claridad y cariño. En lugar de suponer, usa frases como: «Me haría feliz si…» o «Cuando haces X, me siento…».

2. El sarcasmo: cuando la ironía hiere.

Lo que sucede: usar comentarios ácidos o burlas disfrazadas de humor para protegerte («¿En serio otra vez dejaste la ropa sucia? Qué sorpresa»).  

Consecuencias: desgasta la confianza, genera resentimiento y bloquea la empatía (tu pareja se pone a la defensiva en lugar de escuchar).  

La solución terapéutica: cambia el sarcasmo por honestidad. Prueba con: «Me molesta cuando pasa esto, ¿podemos buscar una solución juntos?».

3. Hablar solo en «modo incendio».

Qué pasa: dejar que el diálogo solo surja en crisis («Solo hablamos para pelear»). Lo cotidiano, los sueños o los pequeños gestos quedan en silencio.  

Consecuencias: la relación se vive como un campo de batalla, pierde calidez y conexión emocional. La intimidad se debilita.  

La solución terapéutica: cultiva charlas diarias sin agenda. Pregunta «¿Cómo te fue hoy?» y escucha de verdad. Comparte una anécdota o un agradecimiento cada día.

4. Elegir el pero momento (siempre).

Lo que sucede: plantear temas cruciales cuando alguno llega cansado, estresado o distraído («Ahora que estás viendo la serie, hablemos de tus deudas»).  

Consecuencias: conversaciones que escalan sin sentido, soluciones apresuradas o evitación. Ambos os sentís incomprendidos.  

La solución terapéutica: pactar «citas para conversar». Pregunta: «¿Es buen momento para hablar de algo importante?». Si no lo es, acuerda cuándo sí.

Técnicas (que sí funcionan) para mejorar la comunicación con la pareja.

Hablar y entenderse en pareja no debería sentirse como una clase de álgebra avanzada. Con un poco de práctica y ganas puedes pasar del “no te entiendo” al “estamos en la misma página”.  Aquí te dejamos un kit de herramientas prácticas para construir (o reconstruir) esa conexión que tanto necesitas (y quieres), porque si no es así, ¿qué haces leyendo?

Aprende a escuchar de manera activa.

O cómo escuchar mejor a tu pareja. Escuchar de verdad no es esperar tu turno para hablar, es estar presente. ¿Cómo hacerlo? 

  • Contacto visual: mira a tu pareja como si estuvieras en una escena de película romántica. 
  • Asiente (sin exagerar): demuestra que estás ahí, sin parecer un muñeco tipo “funko” o cabezón. 
  • Repite para confirmar: algo tan simple como “Entiendo que te sentiste así porque… ¿es correcto?” puede salvar malentendidos. 

Este tipo de escucha no solo mejora la comunicación, sino que también puede fortalecer la confianza.

Habla sin culpar: la importancia de ser empático.

Nadie quiere ser el villano de la historia, y culpar solo genera defensas. Prueba algo nuevo: 

  • Habla desde tus sentimientos: cambia el clásico “Tú nunca haces nada” por un “Yo me siento agobiadx cuando no compartimos las tareas”. 
  • Valida emociones: aunque no estés de acuerdo, reconoce lo que tu pareja siente. “Entiendo que esto te frustre, ¿cómo crees que podemos solucionarlo juntos?”. 

Pequeños cambios en cómo expresas tus emociones pueden transformar conflictos en oportunidades para crecer juntos.

¿Eres consciente del poder de la comunicación asertiva en una relación?

La comunicación asertiva es el equilibrio entre decir lo que piensas y cuidar cómo lo dices. Ni filtros extremos, ni sinceridad brutal. Así puedes hacerlo: 

  • Sé claro: en lugar de insinuar, dilo directamente. “Me gustaría que este fin de semana lo pasemos juntxs”. 
  • Usa frases positivas: pide lo que necesitas, pero con buena onda. “¿Qué te parece si probamos a hacer esto de otra manera?” funciona mucho mejor que “Siempre lo haces mal”. 

Hablar asertivamente puede ser el puente que necesitas cruzar para salvar “el río” de tus necesidades de comunicación y las de tu pareja.

3 ejercicios prácticos para mejorar tu comunicación en pareja.

¿Quieres empezar a notar cambios reales? Pon en práctica estas ideas y verás: 

  1. La hora de la verdad: dedica 15 minutos diarios a hablar de cómo estuvo tu día. Sin distracciones, solo vosotros dos. 
  2. El diario de los agradecimientos: escribe y comparte una cosa que te gustó de tu pareja cada día. 
  3. Feedback time: una vez a la semana, pregúntense mutuamente: “¿Qué podríamos hacer mejor como pareja?”. 

Porque mejorar la comunicación no es un sprint, es una carrera de fondo. Pero si trabajan juntos, el premio es una relación más fuerte y conectada. Escucha lo que dice nuestra psicóloga y Directora Técnica de Clínicas Origen, Pilar Conde:

Banner con Enlace a pódcast Clínicas Origen sobre bienestar emocional y terapia psicológica

Terapia de pareja: ¿cuándo es momento de pedir ayuda para comunicarte mejor?

A veces hablar con tu pareja puedes sentirlo como intentar sintonizar una emisora que pierde la seña: frustrante, agotador y lleno de ruidos. Si las conversaciones terminan en conflictos o en un silencio incómodo tal vez sea hora de considerar ayuda profesional. 

Patrones de comunicación que desgastan.

Si tú y tu pareja no hacéis más que jugar al ping-pong con críticas, evasiones o respuestas defensivas igual es el momento de parar el partido. Esos patrones no solo desgastan sino que pueden convertir cualquier pequeño desacuerdo en una barrera insalvable. La terapia ayuda a identificar y romper estas dinámicas, para que en lugar de competir, empiecen a colaborar.

Conflictos repetitivos que parecen un déjà-vu. 

¿Discutís siempre por lo mismo? ¿El mismo tema aparece en cada conversación como el hit más escuchado del verano, pero sin resolución? 

Eso no es casualidad. 

Un terapeuta puede enseñarte cómo convertir esos “temas prohibidos” en oportunidades para crecer como pareja, en lugar de quedar estancados en un bucle infinito.

¿Dónde está la chispa? El distanciamiento emocional. 

No necesitas una brújula para darte cuenta de que os habéis alejado. Si las charlas profundas han sido reemplazadas por monosílabos o silencio es hora de reconectar. La terapia no solo repara puentes emocionales sino que también construye nuevos, más fuertes y resistentes.

Intimidad en la pausa. 

La desconexión emocional y la falta de comunicación casi siempre terminan afectando la vida íntima. Si la complicidad y la cercanía física parecen cosa del pasado, un terapeuta puede ayudaros a entender qué está pasando y cómo recuperar ese “algo especial” que os unió desde el principio.

Los superpoderes de la terapia de pareja de Clínicas Origen.

Ir a terapia no es un signo de fracaso, muy al contrario. Es un acto de amor (y de valentía). Es como pasar el coche por el taller antes de que el motor se apague. 

  • Herramientas que te enseñan a escuchar y hablar con claridad. 
  • Estrategias para que los conflictos no terminen en una batalla campal. 
  • Ejercicios que fortalecen la conexión emocional (y física, si hace falta). 
  • Un espacio seguro donde todo lo que digan suma, en lugar de restar.

Da el primer paso: la ayuda profesional que no encuentras está en Clínicas Origen. 

No dejes que los pequeños problemas se conviertan en grietas profundas. Si identificas alguna de estas señales, la terapia de pareja de nuestras Clínicas Origen puede ser el giro de trama que tu relación necesita para volver a brillar. En nuestras clínicas te ayudamos a pasar del “no me entiendes” al “ahora todo tiene sentido”. 

¿Listos para reconectar? 

Agenda tu primera cita gratuita hoy y comienza a reescribir el próximo capítulo de tu historia de amor y pasión juntos.

 

Conclusión.

Desde risas hasta reflexiones profundas, hemos desmenuzado el problema de la falta de comunicación en la pareja con un toque de humor y sinceridad. Ahora, es tu turno de tomar las riendas. Recuerda, cada conversación es una oportunidad para conectar, cada desacuerdo una posibilidad para crecer de nuevo. No dejes que la rutina apague la chispa; atrévete a hablar, a escuchar y, sobre todo, a sentir.

Y si sientes que necesitas una mano amiga nuestros expertos están listos para ayudarte a escribir el próximo capítulo de tu historia de amor.

¡Vamos, que el mejor momento para fortalecer tu relación es ahora!

 

Fuentes consultadas. 

(1) univision.com/estilo-de-vida/parejas/7-senales-de-mala-comunicacion-en-la-pareja 

(2) psicologiaymente.com/pareja/falta-de-comunicacion-pareja 

(3) janethrodriguezcoach.com/13-senales-de-alerta-en-una-relacion-de-pareja/ 

(4) psicologiamariapalau.com/causas-sintomas-de-la-falta-de-comunicacion-en-pareja/ 

(5) icaropsicologia.com/psicologos-expertos-madrid-articulos-psicologia/89-problemas-de-comunicacion-en-pareja 

(6) mensalus.es/psicologos-barcelona/terapia-de-pareja/problemas-de-comunicacion-de-la-pareja/ 

psimammoliti.com/recursos/blog/5-estilos-de-comunicacion-cual-es-la-forma-mas-funcional-de-comunicarnos-en-nuestras-relaciones-sexo-afectivas

 

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