¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos, formada a partir de la percepción de nuestras cualidades personales. No nacemos con la autoestima formada, sino que la vamos adquiriendo con el tiempo a través de nuestra relación con el entorno y el resultado que tiene sobre nosotros.
Es la suma de cómo nos sentimos y de si valoramos nuestras habilidades, cualidades, nuestra apariencia y conducta, además de cómo integramos las experiencias del pasado, y cómo nos sentimos de valorados por los demás.
Nuestro concepto personal se origina en las experiencias vitales de la infancia y en el entorno familiar, pero además, nuestra autoestima se desarrolla también a partir de nuestro entorno escolar y en nuestra capacidad para los estudios, la inteligencia emocional, las amistades o las primeras relaciones sentimentales.
¿Por qué es importante la autoestima para el ser humano?
La valoración que tenemos sobre nosotros mismos influye en nuestro desarrollo personal y en nuestra inserción en la sociedad. Una buena autoestima implica que percibamos de manera óptima la realidad, derivando en una comunicación social adecuada y favorece nuestra autonomía y nuestras relaciones interpersonales. Tener una baja autoestima puede cambiar, puesto que el desarrollo de la autoestima es un aprendizaje y puede ser modificado a lo largo del tiempo.
¿Cómo se forma la autoestima?
La autoestima se desarrolla desde que somos pequeños y nunca para de cambiar, evolucionar, mejorar o deteriorarse. Está en continuo movimiento y no es espontánea ni voluntaria, sino que proviene de lo que cada uno experimentamos en distintas situaciones.
Hay dos etapas fundamentales en el desarrollo de la autoestima:
La autoestima en la infancia
Desde que nacemos, empezamos a desarrollar nuestro autoconcepto. Primero observamos nuestro cuerpo, descubrimos que somos niñas o niños, que tenemos manos, piernas, brazos y una cabeza, entre otras partes. A partir de los 5 años, aproximadamente, nos formamos una idea de lo que somos, influenciada por la forma en que nos ven y valoran los demás (padres, profesores, compañeros…). Comprobamos que todos los individuos somos diferentes, y que la sociedad crea parámetros de aceptaciones y rechazos entre las propias personas. Es aquí cuando el niño o la niña empiezan a debatirse entre la aceptación o el rechazo.
La autoestima en la adolescencia
La adolescencia está marcada por la búsqueda de la propia identidad, lo que la convierte en una de las etapas más complicadas. Es la etapa en la que el adolescente, poco a poco deja de depender tanto de su familia, y empieza a ser independiente y a confiar en sus propios recursos. Si ha desarrollado una fuerte autoestima durante la infancia, le resultará más fácil superar la crisis durante la búsqueda de su identidad, y alcanzar la madurez. Es por esto que el apoyo de su entorno es fundamental para forjar una adecuada autoestima durante su desarrollo.
En la edad adulta, la autoestima se define como el juicio positivo o negativo sobre uno mismo. Aunque durante la adolescencia ya se ha intentado forjar una identidad firme, si durante esa etapa o durante la infancia no se han reunido todos los factores necesarios para tener una buena autoestima, en la edad adulta también es posible desarrollar las bases para adoptar una buena autoestima, que nos aporte sentimientos de valía y bienestar emocional.
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