“Elegí la vida”, el poema que nos enseña a vivir

mujer silueta saltando feliz bailando en el campo con el paisaje detrás sol y campo

¿Cómo eliges vivir tu vida? La vida viene está llena de momentos bonitos, pero también de circunstancias adversas que no elegimos.  Rudyard Kipling nos enseña, en su poema Elegí la Vida, la mejor manera de vivir: aceptando el pasado, y viviendo el presente.

Elegí la vida

No quise dormir sin sueños:

y elegí la ilusión que me despierta,

el horizonte que me espera,

el proyecto que me llena,

y no la vida vacía de quien no busca nada,

de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.

 

No quise vivir en la angustia:

y elegí la paz y la esperanza,

la luz,

el llanto que desahoga, que libera,

y no el que inspira lástima en vez de soluciones,

la queja que denuncia, la que se grita,

y no la que se murmura y no cambia nada.

 

No quise vivir cansado:

Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,

el camino sin prosas, compartido,

y no parar nunca, no dormir nunca.

Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,

y llegar más lejos,

habiendo disfrutado del paisaje.

 

No quise huir:

y elegí mirar de frente,

levantar la cabeza,

y enfrentarme a los miedos y fantasmas

porque no por darme la vuelta volarían.

 

No pude olvidar mis fallos:

pero elegí perdonarme, quererme,

llevar con dignidad mis miserias

y descubrir mis dones;

y no vivir lamentándome

por aquello que no pude cambiar,

que me entristece, que me duele,

por el daño que hice y el que me hicieron.

Elegí aceptar el pasado.

 

No quise vivir solo:

y elegí la alegría de descubrir a otro,

de dar, de compartir,

y no el resentimiento sucio que encadena.

Elegí el amor.

 

Y hubo mil cosas que no elegí,

que me llegaron de pronto

y me transformaron la vida.

Cosas buenas y malas que no buscaba,

caminos por los que me perdí,

personas que vinieron y se fueron,

una vida que no esperaba.

Y elegí, al menos, cómo vivirla.

 

Elegí los sueños para decorarla,

la esperanza para sostenerla,

la valentía para afrontarla.

 

No quise vivir muriendo:

y elegí la vida.

Así podré sonreír cuando llegue la muerte,

aunque no la elija.

Porque moriré viviendo.

 

2 comentarios en «“Elegí la vida”, el poema que nos enseña a vivir»

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